Somos misioneros en un mundo que necesita amor y la familia es el seno en donde se forma y alimenta ese amor para llevarlo a todas partes. En muchos hogares en la actualidad vivimos muy ocupados con la rutina diaria del trabajo, escuela y otras obligaciones. Nos olvidamos del tiempo para compartir y alimentar el amor familiar. El Papa Francisco en una audiencia general de enero reflexionó sobre los efectos de la ausencia de los padres en los hijos y en las graves consecuencias de una sociedad que, en la práctica, está formada por niños y adolescentes “huérfanos”.